Como parte del Jurado de la Crítica en la #64Seminci tuve la oportunidad de ver el primer largometraje de Manèle Labidi, "Un diván en Túnez" , una película donde se mezcla la tradición con la modernidad.
Una comedia ligera, donde Selma, una mujer liberal del S.XXI interpretada por Golshifteh Farahani, vuelve a su ciudad natal en Túnez para ejercer como psicoanalista y así poder cambiar esa visión que se tiene de la mujer en su país.
Un diván en Túnez usa una gran variedad de personajes secundarios para mostrar la evolución en la que se encuentra su país. No obstante, aborda tantos temas y de manera tan exagerada que no acaba de profundizar en ninguno. Por otro lado, destacaría (o salvaría) del film la selección de canciones pegadizas que hacen que el film transcurre con rapideza y sin pesadez, y no olvidaría la gran interpretación de Golshifteh Farahani.