Estreno: 2007
Minutos: min.
País: España
Director: Jaime Rosales
Guión:
Reparto
- Adela (Sonia Almarcha)
- Antonia (Petra Martínez)
- Nieves (Nuria Mencía)
- Inés (Miriam Correa)
- Helena (María Bazán)
* No recomendada a menores de 18 años *
Hablamos de...
Petra Martínez
· Empezó haciendo teatro con el grupo independiente 'Tábano', y con el tiempo fundó su propia compañía 'Uroc Teatro'.
· Actualmente es conocida a nivel nacional por su papel en la serie 'La que se avecina' como Fina Palomares.
Sinopsis
Crítica
Dato curioso
Puntuación: 5/10
Sinopsis
Deadpool, ese antihéroe con gran sentido del humor negro, está de
regreso y en esta ocasión tiene como misión salvar a Russell de las
manos de Cable, un personaje biónico con la habilidad de viajar en el
tiempo que quiere matarlo. Para ello, formará un escuadrón de mutantes
con superpoderes llamados X-Force.
Crítica
El cineasta Jaime Rosales narra una historia entrelazada, por un mismo
personaje, de dos madres pertenecientes a diferentes generaciones:
Adela, una mujer soltera de unos treinta años; y Antonia, una viuda
dueña de un pequeño supermercado de barrio. Ambas, tras una serie de
inesperados acontecimientos, deberán de encontrar fuerzas para seguir
adelante con sus vidas. 'La soledad', organizada narrativamente en
cuatro capítulos ('Adela y Antonia', 'La ciudad', 'La tierra firme', 'El
ruido de fondo') y un epílogo, es un buen reflejo de la vida misma
contada de la forma más real y cotidiana posible.
Prueba de ello es el reparto, en el cual encontramos actores poco
conocidos, un aspecto característico y muy presente en la mayoría de la
filmografía del director, que aporta autenticidad al relato, y por ende,
nos acerca a un mundo real con el que fácilmente nos sentimos
identificados.
No obstante, lo novedoso de 'La soledad', es el uso de la polivisión. Un
método que divide la pantalla en dos mitades, mostrando puntos de vista
diferentes de una misma escena. Con ello, no sólo se consigue aportar más
información a la secuencia de lo que lo haría un único plano, sino que el
director trata de alargar el tiempo fílmico hasta ser percibido como
tiempo real para que el espectador sienta que el tiempo que transcurre en
pantalla es el mismo que el perteneciente a su mundo real.
Rosales quiere mostrar la vida sin artificios, entremezclando momentos y
conversaciones banales con situaciones inesperadas de gran intensidad
dramática. Para ello, hace uso de un lenguaje cinematográfico propio, en
el cual, además de la polivisión, emplea largos planos de ritmo pausado (y
sin movimientos de cámara) que permiten observar el espacio al detalle,
tiros de cámara tras puertas y ventanas que hacen que el espectador
presencia la escena como un intruso, personajes que miran y hablan
directamente a cámara, y saltos de eje que pasan desapercibidos gracias a
la división de pantalla.
Otro aspecto a destacar es la la falta de banda sonora. El sonido que
encontramos resulta familiar, incluso el silencio. Tdo ello es un intento
más del director por aproximarnos a la realidad. Los diálogos también
refuerzan ese acercamiento hacia nuestro mundo real puesto que son tan
creíbles, comunes y banales que podrían ser extrapolables a los propios.
En definitiva, a mi modo de ver, la intención del cine de Rosales es una
muestra cinematográfica de la realidad que juega con el tiempo -entre
otros muchos aspectos. para que el espectador intelectual llegue a meditar
sobre el transcurso irreversible de la vida y todo lo que la conforma:
soledad, ausencia, muerte, precariedad laboral, sufrimiento, decepción...
Dato curioso
· Presentada en la sección 'Una cierta mirada' del Festival de
Cannes.
· Fue una de las grandes sorpresas de la 22º edición de los Premios Goya, llevándose los galardones de mejor película, mejor guión y mejor actor revelación.
Puntuación: 5/10